La “exclusividad” que el doctor Luis Rubio tenía sobre la imagen de Milagritos Cerrón.
El caso de Milagritos Cerrón, conocida en todo el planeta como la Niña Sirenita, se ha convertido en uno de los incómodos cabos sueltos de la campaña de Luis Castañeda Lossio.
La pequeña, que en abril cumplirá siete años, fue un poderoso símbolo mediático asociado a las virtudes del sistema de hospitales de la Solidaridad implementado por la popular administración del ex alcalde de Lima.
Pero, la semana pasada, sus padres convocaron a una conferencia de prensa para denunciar que Castañeda y el doctor Luis Rubio, ex director del mencionado sistema, cometieron negligencia médica, maltrato emocional y uso indebido de la imagen de la niña. Esto último se comprueba con un contrato que le daba a Rubio el control total de las apariciones de la niña, y al que accedió CARETAS.
El 9 y 10 de setiembre del 2005 fueron firmados un poder y una autorización, respectivamente, en la que la pareja le entrega la “exclusiva” permanente de la historia de la niña a Rubio, “para que en nuestro nombre y representación pueda hacer cualquier tipo de declaración respecto del cuadro de sirenomelia y del estado de salud de nuestra menor hija… dar todo tipo de información familiar y/o médica, efectuar y declarar en cualquier entrevista, así como hacer declaraciones de prensa y cubrir la historia familiar sin restricción alguna, realizar en cualquier momento todo tipo de filmaciones, grabar en video nuestras imágenes y voz, así como la de nuestra hija, realizar y hacer uso de las imágenes, fotografías y de todo tipo de exámenes a la fecha y todos los que se puedan realizar en el futuro, así como cualquier otra toma de video en formato digital o analógico, materiales y similares (personales o caseras), editándolas como crea conveniente”.
Los documentos eximen a Rubio “de cualquier daño, reclamo o perjuicio en que nosotros pudiéramos incurrir, como consecuencia de las declaraciones, entrevistas, apariciones en programas y/o usos permitidos”.
Las Donaciones
El otro frente abierto es el de las donaciones. Los padres de Milagritos señalan que las campañas internacionales hechas para salvar a la niña, como la que emprendió la fundación de la cantante canadiense Celine Dion, recaudaron aproximadamente US$ 5 millones. Pero ellos no accedieron a ningún dinero para su tratamiento.
Cuentan con correos enviados por los productores del archifamoso programa de televisión de Oprah Winfrey, donde la niña se presentó dos veces, y por cuya presencia los hospitales de Solidaridad habrían recibido US$ 400 mil.
Del mismo modo tienen comunicaciones con el equipo del popular programa de Ratinho en Brasil. En un intercambio de correos de mayo del año pasado entre Cerrón y el productor Fabio Roberto Barbosa, el segundo promete un apoyo económico y en análisis médicos por la aparición en el programa.
Una tercera serie de correos fueron enviados por la periodista peruana Violeta Belesebia, residente en Alemania y que conduce un programa de radio desde el que organizó un acto benéfico en el 2005. “El dinero que se recaudó en dicho evento fue enviado de inmediato al Perú para ayudar en parte de las operaciones y medicinas”, remarca. En otro correo del 14 de abril del año pasado lamenta con Cerrón que “yo he donado dinero para Milagros y no es justo que nunca les dijeran a ustedes. Estuve dos veces en el Perú y nunca vi al doctor Rubio a pesar de que habíamos quedado en conocer a Milagritos”.
Trasplante en Espera
Cerrón y Arauco, de muy humilde origen, sostuvieron que durante los seis años que Milagritos fue atendida por la comuna, Rubio se opuso a que recibiera atención especializada por una deficiencia renal congénita.
Basan sus críticas en informes de EsSalud emitidos desde noviembre del 2007, en los que se advierte que para salvar su vida la pequeña debía recibir hemodiálisis y ser sometida a una operación de reconstrucción del aparato digestivo y renal para luego recibir un trasplante de riñón.
Rubio respondió que las intervenciones restantes estaban contempladas en el proceso y declaró en RPP que “nunca hubo negligencia médica. Hemos dejado a la niña bailando marinera, ballet y con su computadora, así como con apoyo psicológico”.
Añadió que el medio riñón con que el que ella había nacido bastaba para “sostener su cuerpecito siempre que se cuide como oro”. En conferencia de prensa recordó que los niños con esta rara condición no suelen vivir más de seis años, como ha ocurrido con Milagritos.
Los denunciantes, asistidos por la ONG Solidarios, insisten en que Rubio ni siquiera accedió a comenzar el tratamiento de diálisis iniciado finalmente hace un año en el Hospital Rebagliati. Zully Pinchi, la presidenta de la ONG, declaró que el doctor amenazó a los padres con quitarles el alojamiento que les facilitó la Municipalidad si es que se atendían en EsSalud. Actualmente la niña es sometida a cuatro sesiones diarias de diálisis.
El matrimonio sostiene que eventos que daban cuenta de la mejoría en el estado de la graciosa Milagritos, como su comentado primer día de clases, fueron en realidad montajes. Nunca hubo un segundo día, pues su salud no lo hubiera permitido.
Castañeda consideró que detrás hay “una consideración política, la que censuro y deploro”. Pero el ex alcalde tendrá que reconocer que un contrato como el que se glosa en esta nota es también un perfecto ejemplo de manipulación política. Durante años, un caso cuyo pronóstico seguía siendo dramáticamente reservado fue vendido ante los medios como una historia con final feliz. Y ahora los nuevos capítulos, mucho menos gratos, se escriben en plena campaña. (Enrique Chávez)
Fuente: Caretas
quarta-feira, 9 de fevereiro de 2011
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